Documentamadrid, 15 años reflejando la realidad de nuestro mundo

Un año más, y ya van quince, Madrid se convierte de nuevo en la capital mundial del cine documental. Comienza una nueva edición de Documentamadrid, el Festival Internacional de Cine Documental que cumple en esta edición quince años.

Fue en el ya lejano 2003, el año del NO A LA GUERRA, el año en el que se empezaba a hablar de memoria histórica en nuestro país y en el que el cine documental se empezaba a poner un poco de moda, cuando arrancó su primera edición. Recuerdo perfectamente esos primeros años donde casi todas las películas se proyectaban en los Cines Princesa y quizá en alguna otra sala del centro de Madrid o en la Filmoteca. Aún no existía Netflix, ni las plataformas de cine online, las pelis se traficaban en DVD, o se pirateaban (quien supiera o quisiera hacerlo…), no había móviles conectados, ni streaming, ni 4G ni tantísima saturación de series ni contenidos audiovisuales como ahora. Por aquel entonces todavía existían los videoclubes, vestigios prehistóricos de un tiempo no tan lejano.

En ese contexto surgió el festival que pasito a pasito, año a año ha conseguido resistir, aumentar su prestigio y su programación, consolidarse y hacerse cada vez más grande, con crisis económica y recortes mediante. Y esto siendo un festival estrictamente fiel al cine documental, que no deja de ser un cine minoritario. He ahí donde reside tal vez su mayor mérito, el haber sido capaces de convertirse en el festival de referencia de la ciudad, el que tenemos, el que nos representa y nos proyecta como ciudad en el ámbito internacional del cine. Es curioso el hecho de como al final lo pequeño, lo hecho con pocos medios pero con entrega, determinación y pasión consigue al final resistir frente a los proyectos más grandilocuentes en los que tan a menudo se empecinan las administraciones públicas.

Con sedes repartidas en salas y centros culturales de toda la ciudad, y pendulando en torno a la Cineteca, principal espacio del mismo, tenemos por delante diez días para poder deleitarnos con las mejores muestras de cine de no ficción nacional e internacional en sus múltiples facetas.

Os animo a acudir a este festival ( los que aún no lo hayáis hecho…) que sin duda os sorprenderá y os invitará a conocer otras realidades, otras miradas y otros mundos que habitan en este, algo quizá mas importante y necesario que nunca en estos tiempos de fake news y sobreabundancia de contenidos banales.

En este link podéis consultar y descargaros el programa del Festival.

 

 

“Con la música a otra parte” vuelve con Cuarteto Ombú

Después de dos años de parón me he animado a retomar el proyecto “Con la música en otra parte” con un grupo que conozco desde hace tiempo y que tuve la oportunidad de grabar en un concierto callejero por Madrid en la primavera del 2012.

Se trata de Cuarteto Ombú, un grupo formado por Juan (cajón y percusión), Yolanda (guitarra y violines), Inés (guitarra) y Laura (flautas, melódica) que nos proponen un interesante viaje musical en el que se mezclan el folk, el flamenco, las músicas mediterráneas y latinoamericanas en una sugerente y atractiva sonoridad que rebosa calidad, sensibilidad y buen gusto.

Cuarteto Ombú, grupo de música de raíces madrileñoOmbú, como el árbol argentino al que hace referencia, suena a madera y a raíces, a la vibración sostenida de las cuerdas sobre el cuerpo cálido de una guitarra o de un violín,a un suave viento que cruza tranquilo las dos orillas de un mismo océano.

El objetivo de esta serie es el de mostrar y difundir propuestas musicales que sorprendan por la busqueda de la calidad y la originalidad. En cada video tratararemos de sacar al músico de su contexto habitual, es decir, grabaremos fuera de un estudio o de una sala de ensayo para intentar captar la energía que nace en el directo.

Aquí tenéis el tercer episodio.

Espero que os guste!!

Méliès, el “cinemago”

Asomarse a la exposición Georges Méliès “La magia del cine” que estos días, y hasta el próximo 8 de diciembre, se exhíbe en el Caixa Forum de Madrid supone una experiencia altamente recomendable y un auténtico “viaje” para nuestros sentidos.

Un viaje a los orígenes del cine, en el que se nos invita a observar los progresos científicos y técnicos de este arte centenario en su intento por captar la realidad, pero también, en su concepción más mágica e ilusoria, en su anhelo de capturar los sueños y la fantasía colectivas. En este terreno es en el que la figura de Georges Méliès (1861-1938) emerge con todo su genio y singularidad.

Retrato fotográfico de Georges Méliès en su madurez

Retrato fotográfico de Georges Méliès en su madurez

Este productor y cineasta francés fué un auténtico renovador del séptimo arte. Su audacia, imaginación e innovación a la hora de aplicar nuevas técnicas y trucos cinematográficos le convierten en el primer director que incorpora la fantasía y la ficción al mundo del cine. En esta evolución tan personal tuvieron mucho que ver sus orígenes como dibujante, director y escenógrafo teatral, su pasión por las viejas linternas mágicas y las fantasmagorías y su experiencia de 25 años como ilusionista y director al frente del teatro “Robert Houdin”, que adquirió en 1888 con parte de la fortuna que heredó de su padre. No sólo compró el local, sino que además se hizó con todos los artilugios e inventos del afamado mago.

De esta época de la vida de Méliès se muestran muchas piezas y carteles en la muestra. Una de las que más me ha gustado es el armario de doble fondo con la cabeza cortada del viejo parlante, truco que, como muchos otros que empleaba en su teatro, luego adaptaría a sus películas.

De los fragmentos de películas que pude presenciar, recuerdo especialmente dos, además de su obra más famosaViaje a la Luna. Las escenas de L’ homme a la tête en caoutchouc en las que un inventor insufla aire para luego liberarlo de la propia cabeza de Méliès son geniales y una buena muestra de sus “trucos” con el tamaño y la escala de los personajes en el cuadro. También me pareció muy divertida su película de 1903 “Le Mélomane”, en la que un alocado melómano va colgando de un pentagrama bastones con cabezas humanas que dibujan la escala musical que él está pensando.

http://www.youtube.com/watch?v=0FBQq744bes

Destaca muy especialmente el excelente montaje y diseño de la exposición, que nos sumerge completamente en el universo del personaje, en los origenes y fuentes de su “arte” y en la evolución de su técnica y de su obra. Las más de 400 piezas y 21 filmes originales que la componen, pertenecen en su gran mayoría la Cinémathèque Français y están en un excelente estado de conservación.

El espacio que nos propone la exposición, se nos revela así como una especie de desván fantástico, plagado de objetos, dibujos, artilugios y cachivaches verdaderamente llamativos y pintorescos en los que a uno, en pleno estallido infantil, le apetecería tocarlo todo y abrir cada caja y cada objeto de la muestra.

Bocetos previos a "Viaje a la Luna"

Bocetos previos a “Viaje a la Luna”

Yo que soy bastante neófito en la figura de Méliès, reconozco que esta muestra ha supuesto un descubrimiento y una revindicación de su figura como creador de imágenes. Un inventor que, ante las nuevas posibilidades técnicas que le ofrecía el cine, decidió plasmar en imágenes todo aquello que le dictaba su imaginación y su fantasía transportando a los espectadores a mundos nuevos y a lugares remotos y desconocidos.

Si el cine implica un viaje, Méliès fué el primero en mostrárnoslo.

Un cine que sí es posible

Hace unos pocos meses soñé que estaba paseando con mi hijo por la Calle Fuencarral en un futuro no muy lejano que ya se está escribiendo en Madrid hoy en día. Bien podría estar hablando del presente, salvo por un pequeño detalle, mi hijo ya hablaba con cierta fluidez y podíamos sostener una conversación inteligible entre los dos, cosa un tanto difícil a día de hoy cuando apenas supera el año y medio de edad. En el sueño trataba de explicarle que la calle por la que andábamos había sido no mucho tiempo antes una de las vías con mayor número de salas de cine de la ciudad. Él me preguntaba muy sorprendido que qué era una sala de cine, en medio de ese horizonte plagado de tiendas de ropa, H&M’S y Zaras por doquier.

Este sueño me vino a colación de los cierres de salas de cine que se han producido en Madrid en los últimos meses, concretamente a la noticia del cierre de los cines Roxy A, Roxy B y Paz el pasado mes de mayo.

Los antiguos cines Roxy de la Calle Fuencarral

Los cines Roxy de la Calle Fuencarral echaron el cierre en 2013

Imágen: http://www.estrelladigital.es. Reportaje de Bea Ruiz Aranda

Tampoco se trata de hacer un ejercicio de nostalgia exacerbada sobre las salas de cine porque son muchos los motivos que las han llevado a su actual e insostenible situación: el cambio en los hábitos de consumo y ocio, la irrupción de internet y las nuevas pantallas como principales canales de difusión del cine, la subida del IVA cultural del 8 al 21 % (en el que por cierto no se incluyen las corridas de toros), el  elevado precio de las entradas, etc. Estos factores nos han afectado a todos en mayor y menor medida y yo soy el primero en reconocer que voy menos al cine que antes, por estos y por otros motivos.

Si bien es cierto que no es sólo responsabilidad del gobierno el que un negocio privado como una sala de cine tenga que cerrar, sus medidas generales que afectan a la cultura han supuesto una auténtica puñalada para el sector del cine y por supuesto para muchas otras áreas de la cultura que ya venían heridas de muerte. Da la sensación de que no han querido proteger la cultura y de que, en este contexto tan difícil, les ha podido el afán recaudatorio para cuadrar el dichoso déficit. Se ha privilegiado el mantener el presupuesto en otras partidas del gasto en detrimento de la cultura, que es uno de los pilares de la tan mentada “Marca España” . Ellos sabrán.

Pero no me quiero ir demasiado por las ramas. A pesar del grisáceo panorama que se dibuja en la capital donde, además de la crisis económica, la crisis cultural cada vez se hace más patente con el cierre de cines, teatros, bares o salas de conciertos, hay gente y colectivos que ponen en marcha iniciativas que merecen mucho la pena.

El proyecto de Cines Zoco Majadahonda, es uno de ellos.

Interior de las salas de los cines Zoco Majadahonda

Imágen: http://www.cineszocomajadahonda.org/

Esta iniciativa surge de la voluntad ciudadana de los vecinos de la zona noroeste de Madrid, que se han constituído en asociación sin ánimo de lucro para  gestionar los cines y asegurar su pervivencia y sotenibilidad como lugar de encuentro, cultura, diálogo y reflexión.

Estos cines, abiertos en 1979 y que proyectaban en versión original desde 1999, son propiedad de la distribuidora Alta Films, que decide echar el cierre a los mismos el pasado 17 de abril del 2013.

Fueron una parte importante de mi formación como espectador, desde los blockbusters o “taquillazos” del cine de acción y de terror americano de últimos 80 y principios de los 90, hasta el cine independiente en versión original que frecuentaba en mi época de estudiante universitario.

Rocky IV

Sylvester Stallone como Rocky Balboa

La voluntad de la plataforma es preservar los cines proponiendo un modelo participativo  en el que los gestores sean sus propios socios, aquellos que por una cuota  anual de 100 € podrán participar en la gestión y toma de decisiones de los mismos, dándo su opinión sobre la programación que desean ver, así como los eventos e iniciativas que se propongan.

Además se propone un modelo alejado de los imperativos más comerciales en el que se exhiban desde películas más comerciales y familiares hasta cine independiente, ciclos temáticos y retrospectivas, cine en versión original y doblada, etc. Todo esto a unos precios bastante más bajos que los de las actuales salas de cine.

Os invito a que visitéis su página web y a que leáis su dossier de prensa donde está toda la información sobre su proyecto.

Animaros y haceos socios, ayudad a que los cines de calidad sigan vivos!

 

La memoria congelada del dictador

Al observar “Always Franco”, obra del artista Eugenio Merino, recientemente demandado por la Fundación Francisco Franco que le reclama 18.000 € de indemnización por atentar contra el honor y la imagen del dictador, un espectador como el que aquí escribe podría plantearse estas u otras preguntas:

Always Franco, Always...

Escultura “Always Franco” de Eugenio Merino

 Fotografía de Daniel Geo Fucks

Fue Franco el primer embajador (aún no lo suficientemente reconocido) de la “marca” España?

Es Franco el verdadero “padre” de la sociedad de consumo en nuestro país y, por tanto, el principal responsable de los mejores años de prosperidad económica y felicidad que hemos vivido en estas últimas décadas?

Puede Franco, en un nuevo y maquiavélico ejercicio de contorsionismo posmoderno, convertirse en un icono pop global que decore nuestras neveras e ilustre nuestras tazas de desayuno?

Sigue el dictador ocupando ese lugar central a la vez que oculto, lejano pero también próximo, en el corazón de nuestra democracia?

Viviríamos mejor con Franco congelado?

Es el dictador tan intocable, tan eterno, tan sagrado como la Coca Cola?

Qué pensará la marca de esta obra?

Qué opina la Casa Real de la misma?

Como compañeros de piso dentro de ese reducido congelador, sólo dos buenos amigos y aliados, que sean verdadera “tumba del comunismo” podrían convivir…

La  obra fue objeto de encendidas polémicas y controversias durante la edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco 2012.

Para despejar estas y otras dudas quizás haya que acercarse los próximos días 5, 6 y 7 de julio a la calle Encarnación González 8 de Madrid, para ver la Exposición Jornadas contra Franco que ha preparado la Plataforma de Artistas Antifascistas en apoyo al citado Eugenio Merino.

En esta exposición participarán cerca de una veintena de artistas de relevancia nacional e internacional, con el fin de cuestionar y poner en tela de juicio la imagen simbólica del dictador y su diferentes recreaciones o subversiones.

En este link podéis leer el manifiesto en apoyo de Eugenio Merino.