Un documental para no echarse la siesta…

En estas últimas semanas he pasado más tiempo del que acostumbro en casa delante del televisor, y me he enganchado a una serie documental llamada “Un mundo aparte” que se ha emitido durante las últimas semanas en La 2. Este documental narra la expedición alrededor del mundo que llevaron a cabo durante dos años, dos españoles y un argentino en pos de las últimas tribus nómadas aún existentes en el siglo XXI, y que les llevo a explorar algunos de los países y lugares más remotos y bellos de nuestro planeta.

El documental narra la historia de uno de los viajes más largos jamás filmados, dos años en la carretera, más de cincuenta países visitados y más de cien mil kilometros a bordo de un todoterreno.  El resultado final es, sin duda alguna, muy recomendable. Son 13 capítulos de 60 minutos de duración, y por lo que parece la serie ha sido un éxito, teniendo en cuenta la audiencia media de los documentales en nuestro país. “Un mundo aparte” debutó con un 5.8 por ciento de share, doblando la audiencia media diaria de La 2, y ha llegado a alcanzar el millón de espectadores y el 6,4 por ciento de share.

La serie se ha llegado a emitir en 130 países, ha sido comprada por National Geographic y, finalmente, ha llegado a nuestros televisores gracias a La 2.

El equipo de "Un mundo aparte" en pleno rodaje

Daniel Landa y el resto del equipo en la expedición de «Un mundo aparte» en la cascada del Aponwao (Venezuela) – Foto: Eva G.Tanco

Bajo mi punto de vista es un documental muy humano y eso lo consiguen en parte gracias a un guión bien construido y documentado, y a la buena elección de la voz en off, que se situa en la piel del operador de cámara. El narrador habla en primera persona como un miembro más de la expedición. La voz nos transmite el punto exacto de pasión, curiosidad e interés que hace que nos enganchemos a la historia.

En el aspecto técnico, no faltan las imágenes espectaculares y la buena fotografía, fruto sin duda de la profesionalidad, empeño y buena planificación que, sin duda alguna, puso el equipo a la hora de realizar el documental, y que tienen aún más merito cuando no se manejan grandes presupuestos, ni se tienen todos los medios técnicos a nuestra disposición.

Destacaría además la naturalidad de los tres integrantes del equipo ante la cámara, su cercanía e interés por las gentes que van encontrando en el camino. Como resumen diré que me alegro mucho de ver un documental de viajes hecho en España, que se aleja de la fórmula tan manida y explotada últimamente de la “guía de viaje con patas”, de los programas de viajeros, tipo “españoles, madrileños, aragoneses, etc… por el mundo” que no deján respiro al espectador y hacen que finalmente, ni conozcas el país, ni te enteres de nada. Aquí el rítmo es completamente opuesto.

Ojalá podamos seguir viendo propuestas tan interesantes como ésta. Desde aquí hago mi llamada personal  para que nuestros programadores y las cadenas de este país apuesten  de una vez por producciones y documentales nacionales, donde el  buen contenido, la diversidad y calidad cuenten, para relanzar de una vez por todas nuestra maltrecha industria audiovisual.